El municipio se ha colocado en el mapa nacional de la fabricación de muebles en serie gracias a sus cuatro fábricas. La producción de aceite de oliva, los cereales y la aceituna son otros de los pilares de la economía rubeña. La piscina lago y festivales de flamenco y rock destacan entre su oferta veraniega.
Aunque la zona en la que está El Rubio es eminentemente agrícola, desde hace unos 30 años ha surgido
una industria de la fabricación del mueble en serie que ha puesto a la localidad en el mapa de los
fabricantes. Todo comenzó con un pionero, Francisco Torres, un ebanista que en 1962 y, tras una
dilatada experiencia, funda la empresa Muebles Torres que hoy dirige su hijo Damián y que se
convirtió en una verdadera escuela para los responsables y trabajadores de las otras tres que
existen en el municipio rubeño. En la actualidad existen cuatro fábricas de muebles en serie:
Muebles Torres, Escalu, Rudeca y Jimasur.
"Entonces y ahora es la alternativa a la agricultura",
afirma Damián Torres, responsable de Muebles Torres. Socialmente ha sido un revulsivo en el
municipio en la creación de puestos de trabajo, puesto que hay más de 200 puestos de trabajo entre
directos e indirectos en este sector, significativo en un municipio de 3.600 habitantes.
Muebles
Torres es está en el puesto número 5 en el nivel de consumo de tableros a nivel nacional, lo que
indica la producción de la fábrica rubeña. El mobiliario viaja desde El Rubio a toda España y, desde
hace unos años, se han abierto al mercado exterior. La venta se realiza a través de distribuidores y
tienen un modelaje ya definido. "Hemos llegado a tener que trabajar a tres turnos", explica Damián
Torres.
En esta fábrica se ha realizado una importante inversión en maquinaria de última
tecnología. "Tenemos personal muy capacitado en el que se incluyen ingenieros", afirma.
Antonio
Pérez Gómez es el gerente de Rudeca, otra de las fábricas de muebles de El Rubio. "Gracias a esto
hay muchas familias que comen en el pueblo. Este es un sector que ha ido en aumento", comenta.
Rudeca vende en España, y desde hace un año y medio, directamente a la tienda. "Sacamos unos 250
metros cúbicos diarios", explica.
La importancia de la aceituna y el aceite en El Rubio va más allá de su inclusión en la ruta
turística dedicada a estos productos. De hecho, esta comarca es una de las más tradicionales en
cuanto a la producción de aceite de primera.
La cooperativa agrícola de El Rubio nació de la unión
de tres sociedades en el año 2003. Produce cereales, aceitunas para aderezo y es almazara. Tiene una
capacidad para 4.000 toneladas de aceitunas de mesa y sobre un millón de kilos de aceite, este
comercializado por Oleoestepa. La aceituna se vende en el mercado nacional a granel. El cereal
también se vende en toda España tanto para pienso como para el consumo humano.
El aceite fue
premiado como mejor aove de la provincia 2013. Todas las cooperativas de Oleoestepa tienen un
sistema de calidad, regido por normas de producción integrada que garantizan las bondades del
producto.
La producción se realiza en frío y se utiliza, en mayor medida, la variedad hojiblanca,
seguidos de lechín y picual, usando diferentes variedades, en coupage , para el aceite. Las
aceitunas para aderezo suelen ser de la variedad hojiblanca.
La cooperativa está integrada por más
de 230 socios agricultores. Ofrece a sus asociados diferentes servicios: fitosanitarios, abonos y
semillas, gasóleo, herramientas, aperos y maquinaria agrícola, así como los recambios.
En total son
2.091 hectáreas de olivar con una producción media de aceite al año de 700.000 kilos y una capacidad
de molturación aceitunas por día de 300.000 kilos. En bodega tiene una capacidad de almacén de
900.000 kilos y tres líneas de extracción de aceites.