Gregorio, pintor autodidacta, recorre las calles de El Rubio con la cámara del móvil captando las casas, los edificios y los rincones típicos de la arquitectura moderna sevillana reflejo del señorío y el embrujo de sus moradores.
Estas imágenes quedan plasmadas en cuadros pintados a plumilla, técnica pictórica ideal para resaltar los claro-oscuros de la mayoría de sus encantadores detalles.